Para muchos, Galicia es sinónimo de gastronomía, y Santiago de Compostela, de tapas. Quienes estamos acostumbrados a pagar hasta las servilletas del bar, ir de tapas en ciudades como Santiago, Granada o León es realmente asombroso por la cantidad de comida gratis que te ponen con una bebida.
En Santiago, estas tapas “de cortesía” son una costumbre que viene de cuando se celebraba el mercado de ganado y las tabernas trataban de atraer a los feriantes con una degustación gratuita de sus especialidades. Por suerte, en muchos locales esta costumbre no se ha perdido.
Y es que, dado que no hay mucho margen de beneficio entre ofrecer o no una tapa, los establecimientos se esfuerzan por servir la mejor opción y atraer el máximo número de clientes. El objetivo es que haya mucho movimiento de clientela, ya que sale más a cuenta.
No obstante, según mi hermana, picheleira de adopción y coautora de este artículo, en algunos bares no son del todo gratis ya que en la cuenta se añaden algunos céntimos de más. De cualquier modo, bien merecen una visita a Compostela.
Las tapas forman parte de la tradición y de la cultura de la ciudad. Son un aliciente más dentro de la rica oferta gastronómica. En algunos casos, los bares ofrecen la opción de elegir entre varias tapas. En otros, es el propio bar el que fija qué tapa ofrece. Y en otros, siempre sirven la “tapa de la casa” o la “tapa estrella” que se trata de un bocado bastante elaborado firma del chef.
También hay locales de tapas y raciones de pago que vale la pena explorar, empezando por la icónica taberna O Gato Negro, la más antigua de la ciudad, hasta el ultramoderno Abastos 2.0, dentro del mismo mercado de abastos.
Pero si se trata de ir de tapas como lo hace un local, aquí te proponemos un pequeño listado de bares imprescindibles donde sirven las mejores tapas de Santiago gratuitas.
San Clemente
Rúa de San Clemente, 6
Muy cerca de la Catedral se encuentra el San Clemente. Para empezar, te ofrecen con tu consumición varias tapas como puede ser tortilla, patatas bravas, croquetas o empanada gallega. Después, aparte de estas tapas, puedes elegir una más para ti solo entre una variedad de unas cuatro o cinco tapas. Vamos, que puedes salir bien comido/cenado.
También tiene una carta en la que destacan los platos de pescado y marisco. Es un poco caro en comparación con otros de la zona, pero merece la pena.
Para nosotras es el mejor tanto en calidad como en cantidad.
Carretas
Rúa das Carretas, 21
El restaurante Carretas es un establecimiento con solera. Fue fundado a finales de la década de los ochenta del pasado siglo y pronto se convirtió en el lugar de reunión de intelectuales.
Ha sabido mantener parte de su esencia y es precisamente esto su cara y su cruz: pese a tener buena reputación, sobre todo por sus mariscadas, es un establecimiento con una carta un tanto anticuada. Lo bueno en cuanto a tapas se refiere es que, como en el anterior, también puedes elegir tu tapa de cortesía y además toda la comida parece casera.
Como veis en la imagen, nos ofrecieron empanada gallega y tortilla y escogimos entre sus tapas una de fideuá y otra de potaje de pulpo.
La Tita
Rúa Nova, 46
Creo que podemos afirmar rotundamente que es el bar más famoso de Compostela. Su tapa estrella (y gratis) es su archiconocida tortilla. Si te gusta más bien cruda, este es el mejor sitio de la ciudad.
También se suele llamar La Tita 2, ya que la “auténtica” Tita, se encuentra en la misma calle con el nombre de “Moha”. Ambos siempre están abarrotados de gente, sobre todo de estudiantes entre semana, así que recomendamos que no vayas en horas punta. Si tienes la oportunidad, prueba las tortillas del Moha (aka La Tita 1) y compara.
La Bodeguilla de San Roque
Rúa de San Roque, 13
En la Bodeguilla encontrarás tapas como ensaladilla, caldo gallego, potaje de garbanzos, callos, paella, o, como en nuestro caso, unas patatas con chistorra. Todo muy light.
En la ciudad hay otras dos bodeguillas más, la de Santa Marta y la de San Lázaro (Santiago is all about saints!). La de San Roque fue la primera de todas, aunque las tres tienen la misma carta. Antes de mirarla, donde por cierto te aconsejamos las tixolas (sartenes) de pulpo y langostinos, tienes que pedir solo para beber. Es un error imperdonable si pides una bebida y algo de la carta. Un buen santiagués espera a la tapa gratis, siempre. Y, como ocurre con las “Titas”, es un lugar pequeño así que intenta ir en horas poco concurridas.
A Novena Porta
Rúa do Cardeal Payá, 3
Aquí la tapa de la casa tiene poco o nada que ver con Galicia. En este bar de estilo pub y ubicado casi en plena plaza de Mazarelos, se llena cada tarde de ambiente estudiantil, deportes y perritos calientes.
Es un bar muy peculiar que cuenta con una variada lista de cervezas de importación y del que apenas se habla. Evidentemente la tapa no es una delicatessen, pero para conocer la cara alternativa de Santiago, está muy bien. Además, es muy económico y el servicio es muy agradable.
BONUS TAPA
Casa Antonio
Rúa Vista Alegre, 21
Acabamos estas sugerencias gastronómicas en una típica taberna gallega. Casa Antonio no es el último local de moda ni destaca por sus tapas, pero lo hemos incluido por ser un ejemplo de autenticidade. Es un restaurante con un ambiente 100% galego y casero que sirve menús diarios y raciones muy abundantes y económicos.
También puedes pedir solo una consumición que vendrá con su tapa de cortesía. Si pides vino, como nosotras, vendrá en una cunca, y te servirán una de sus tapas que pueden ser desde unos huevos fritos hasta caldo gallego u otros platos tradicionales como zorza o raxo (cerdo adobado o sin adobar).
Esperamos que este artículo te haya abierto el apetito y las ganas de explorar Santiago de tapa en tapa. La ciudad es pequeña, pero tiene mucho que ofrecer más allá de su faceta cultural y es un destino ideal para descubrir en un fin de semana que recomendamos a todo el mundo.
Hasta aquí llega este artículo-experimento entre hermanas. No sabemos si seguiremos escribiendo a cuatro manos, pero lo que sí sabemos seguro es que continuaremos investigando más bares y más rutas de tapas gratis.
Fotografías © SivaRita